Arriba, ilustración de Boris Olshansky

Sanación Arbórea

Como se ya he dicho,

en el libro LA SANACIÓN DE LOS INFIERNOS

se habla de cómo UrBóreas se convirtió en árbol

en más de un capítulo.

 

Pero se ha hablado tanto de esto

porque una manera en que el alma puede

ayudar a SANAR INFIERNOS

se asocia con SER ARBÓREA.

 

¡LOS ARBOLES PUEDEN SANAR

O MODIFICAR PARA BIEN

(solo a veces, para mal)

EL LUGAR DONDE ESTÁN...!

 

La mera PRESENCIA de un árbol

modifica el suelo y el interior de la tierra, 

a través de las raíces

y del intercambio que hace el árbol con la tierra

a través de las mismas.

 

Arriba, arte de Debra Bernier

 

Pero sucede lo mismo

con el intercambio que se realiza a través de las ramas,

así que un árbol también modifica

EL AIRE que se respira en un lugar.

 

Además, hay una tercera modificación

que se realiza al facilitar a otras especies

(animales, humanos, etc)

beneficiarse de todo lo que el árbol es, facilita, y da.

 

Así que el esquema que sigue UrBóreas

NO ES DUAL

sino SIEMPRE una TRIPLE acción

que se realiza a través de ser "de esa manera",

y a veces sin necesidad

de "hacer" nada más.

 

Ser Árbol sanador

tiene que ver con ESTAR

en un lugar

y PERMANECER,

centrándose, consolidándose

y desarrollando CONSCIENCIA

de los procesos internos.

 

Porque, así, se mantienen fluidos y sanos,

y además, se extrae de ellos

CONOCIMIENTO

que se compartirá o re-ingresará

en el circuito de interacción

con el entorno.

(Relaciones)

 

Ser Árbol tiene más que ver con

PERMITIR QUE TE ATRAVIESEN ENERGÍAS,

y ACTÚEN "ellas" a través de ti,

que con ponerse a "hacer cosas"

en una apretada agenda de "trabajo".

 

El Árbol se beneficia de cierta quietud

aunque en su interior nunca cesa el MOVIMIENTO

y se convierte, en sí mismo,

en todo un ECOSISTEMA

repleto de interacciones y diálogos internos.

 

Hay muchos otros caminos sanadores,

pero el Arbóreo es como es,

y no tiene tanto que ver con moverse

agitadamente

de aquí para allá,

como con ESTAR y PERMANECER,

consagrándose al CUIDADO

y ayuda

hacia un lugar,

donde se decide ENRAIZAR

con perspectiva de largo plazo.

 

Por eso en muchos pueblos y tribus

de la Antigua Europa Nativa

y de otros lugares y culturas del Planeta

los lugares sagrados se asociaban

a algunos árboles.

 

O también:

el ÁRBOL

se convirtió en SÍMBOLO

de La Presencia de Dios en un lugar.

 

(Maestros Arbóreos)

 

Abajo, pintura tradicional eslava

donde se expresa que la presencia

de la Madre-Árbol Makosh

(la de los pájaros en sus manos)

en el centro del HOGAR,

lo transforma y convierte

en lugar de vida y bendiciones.

Abajo, "Árboles Madre" en Mongolia,

lugares equivalentes a los templos de otras culturas.

Saltando a otro punto del mapa,

uno de los objetos más sagrados del antiguo templo de Jerusalén,

la menorah, que simbolizaba la Presencia Divina,

estaba confeccionada imitando la forma de un árbol de 7 ramas.

Los espacios donde se colocaba el aceite para las lámparas,

imitaban las flores de un almendro florido.

 

Puedes seguir leyendo sobre Sanación Arbórea

haciendo click en la Serie RAÍCES, aquí.


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